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SATELITE KINGSTON
24/04/2008 - Podestá
Por: Santiago Paredes - santiago@recis.com.ar
Ya muy lejos de donde se podrían citar sus raíces, el jueves pasado en Palermo, el Podestá Bar acunó en su escenario a una banda que decididamente ya forma parte en la historia del Ska en la Argentina. Con grandes recursos estilísticos en cuanto al genero y además nutriéndose de un basto repertorio de standards de origen jazzero esta banda que viene promoviendo el baile frenético desde 1997 dio un show sólido y ajustado repasando gran parte de su historial y presentando temas de su ultima placa de estudio Algo Tiene Que Pasar (2006).
Siendo jueves, día de semana, la concurrencia al parecer fue menos de la esperada, no éramos muchos los que estábamos ahí circundantes y en plena línea de fuego de los vientos. El show, originalmente programado para las once de la noche comenzó alrededor de las 12:30. Hay que admitir que el contexto era un poco intimidante, el lugar, una especie de casona de Palermo remodelada, parecía bastante afable pero la cantidad de patovicas para un lugar tan chico era impensable, y convengamos que resulta un poco incomodo tener como a cinco personas de dos metros, vestidas de negro, con chombas apretaditas mirándote puntillosamente como moves los pies.
Con muy buena presencia de los bronces y la suma de un nuevo guitarrista/trompetista con alto protagonismo en los solos, la marea de largos pasajes instrumentales empezó a subir.
Fue mas o menos a la mitad del show, durante “Locura De Octubre’’ (la canción que se encargaba de abrir su primer disco allá por el año 2000, siempre muy pedido por los adeptos a la banda) que hizo, de una manera muy sorpresiva, su presencia Germán Cohen, trombonista/cantante de la banda.
Luego de terminar el tema se disculpo por la tardanza anunciando que se había quedado dormido y antes de recapacitar se había trasladado hasta otro bar, el Viejo Podestá. Es necesario remarcar que hasta el momento la banda sonaba muy bien pero con la llegada de este integrante fundamental, el conjunto retomó con mucha fuerza y además desplegó talento sobre su material cantado, explotando al máximo el particular timbre jamaiquino en la voz de su cantante.
Con patovicas y tardanzas de por medio y todo, Satelite Kingston brindó aproximadamente dos horas de su marca registrada, un híbrido –no por eso menos sólido- que vaga entre el jazz y el ska, tiempo el cual bastó para empachar de música y baile a sus (en esta ocasión)no demasiados pero sí frenéticos seguidores.
Fotos: Javier Prats
Mail del fotografo: javier@recis.com.ar
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